domingo, 25 de abril de 2010

¿ÉTICA CIENTÍFICA?

AVEDIS AZNAVURIAN

Para responder a la pregunta de la relación entre moralidad y conocimiento
científico, es necesario repasar una serie de conceptos y nociones
importantes en la elaboración de un marco de discusión de los problemas
generados por las nuevas tecnologías, basadas en los avances de las
ciencias biológicas.
El primer punto para la reflexión tiene que ver con la ética de los
científicos, más que con una ética de la ciencia; esta ética es un cuerpo de
normas y restricciones, pero quienes la ejercen son los científicos. De esta
forma, la ética de la ciencia se relaciona con la acción concreta de las
comunidades científicas y sus formas de control, con ello se tiene una
manera de constatación del cumplimiento de las normas aceptadas por
ellos mismos.
No puede haber reglas especiales: la ética común y las reglas de aplicación
son las mismas, con mayor obligación para los que conocen las
consecuencias éticas y morales de su saber sobre la sociedad.
Antes de abordar las preguntas específicas es necesario volver a algunas
ideas que cuestionan seriamente la honorabilidad de los científicos. Es
conocido el efecto deformante que tuvo el descubrimiento de “Hombre de
Piltdown”, un fraude referente a unos restos fósiles en una población
inglesa, hallazgo que cuestionaba algunas de las ideas sobre el origen del
hombre en Europa; con el tiempo se descubrió el engaño y a la fecha hay
quien piensa que esos restos son de un hombre primitivo.
En tiempo más reciente, la historia de Woo Suk Hwang resultó el
escándalo más notable de estos últimos años. Este investigador falseó los
resultados de investigaciones sobre células troncales supuestamente producidas
en su laboratorio; de once líneas de células, al menos nueve de
ellas habían sido falsificadas y se estaban investigando aún las dos restantes.
En estos días pidió perdón y renunció a la Universidad de Seúl. Hay
cualquier cantidad de ejemplos que señalan las prisas y los compromisos
mercantiles de los investigadores como elementos que los pueden inducir
a falsear los resultados de su trabajo; cada comunidad de especialistas tiene su forma de control, pero se ha demostrado que con cierto nivel de
prestigio y relaciones no es difícil evadirlos.
El mundo está en el umbral de cambios en las concepciones de la ciencia.
Los avances espectaculares y esperanzadores de las ciencias biológicas
actuales pueden derivar hacia soluciones para enfermedades hasta hace
un tiempo irremediables, pero también en una apertura al fraude o a la
seudociencia disfrazada de ciencia. La clonación, los organismos transgénicos,
la reproducción asistida, el estudio del genoma humano, la instrumentación
en las neurociencias y las alteraciones del medio ambiente
constituyen una bioética, no una ética aplicada derivada de la ética general,
un cuestionamiento y una reflexión de los temas mencionados que
interesan la esencia misma de la vida. La factibilidad de inducir cambios
en el genoma de los seres vivos cambia en forma radical las posibilidades
de desarrollo y cambio en la naturaleza.
¿Es necesaria una nueva ética? ¿Es la bioética suficiente para responder
a las preguntas? La bioética sería la respuesta, siempre y cuando se deje
separada de la ética médica y aplicada; se puede hablar de bioética cuando
la esencia mencionada de la vida va a ser alterada sin que en algunos de
los casos se calculen las consecuencias. Los métodos de control de la
producción científica en este caso necesitarían de un mayor refinamiento
considerando el impacto futuro, es decir, las consecuencias del acto y el
producto científico, como riesgo o beneficio para la sociedad.
Es imprescindible recuperar los elementos éticos de las ciencias, sin
dejar de pensar que la mayoría de los científicos tienen una actitud ética.
Ante un hecho sin precedente, como el que se vive hoy, es imprescindible
recuperar o bien reiniciar un diálogo constante entre las diversas profesiones
y disciplinas científicas.
Al modificarse los conceptos de la ciencia, las prácticas docentes tienen
que actualizarse; esto significa revisar los programas universitarios para,
al menos, adecuarlos a este tiempo.

"El Código de Ética del profesional cubano de la información.

Autoras: María Elena Alpízar Rancaño
Leticia Bermúdez Benítez
Organización:IDICT/Cuba
e-mail alpizar@idict.cu bermudez@idict.cu


Resumen
Si bien se entiende que existen diferencias entre los conceptos de ética y moral, ambos términos están referidos a la conducta del hombre en la sociedad, al complejo sistema de relaciones que él establece.
Al reconocimiento por tanto del bien y el mal es a lo que atribuimos procederes éticos (morales) o no.
En lo que concierne a las relaciones que se establecen entre individuos de una misma
profesión se han adoptado códigos deontológicos que inspirados en determinados valores definen las conductas reconocidas como buenas.
El presente trabajo es fruto de un estudio comparado de diferentes códigos de ética
profesional que sirvieron de premisa para la elaboración de una propuesta de Código de Ética para el profesional cubano de la información.
Se abordan en él además algunos de los desafíos éticos que la sociedad de la información nos plantea.

I- Etica y Moral. Conceptos
El termino ética proviene del vocablo griego antiguo “ethos” cuyo significado es relativo a las costumbres. La ética es una ciencia filosófica que estudia la moral como forma de la conciencia social.
La ética se divide en normativa y teoría de la moral. La primera investiga el problema del bien y el mal, establece un código moral de la conducta, señala que aspiraciones son dignas, que conducta es buena y cual es el sentido de la vida.
La ética no es solamente normativa, sino que apela a la razón y voluntad de los hombres, por ello decimos que la ética es una guía normativa razonable que permite interiorizar y conciencitizar sus reglas. No seria posible la vida en sociedad si esta no es normada.
La teoría de la moral investiga la esencia de esta ultima, su origen, desarrollo, las leyes que obedecen sus normas y su carácter.
La moral, del latín mores-costumbres está referida al conjunto de principios y normas que regulan el comportamiento del hombre en todas las esferas de la vida.
Como funciones de la moral podemos señalar las siguientes: reguladora, educativa,
cognoscitiva, orientadora, valorativa, imperativa, motivacional, comunicativa y
pronosticadora.
Es importante destacar a continuación los conceptos de valor y valor ético.
Cuando nos referimos a valor debemos entender el concepto en dos acepciones 1) como
propiedades de los objetos materiales y 2) como expresión de la conciencia social. Las ideas, constituyen valores. Además de los valores económicos, políticos, estéticos, jurídicos religiosos y culturales, existen los éticos o morales. Estos últimos se refieren a las nociones de bien y mal y por tanto cuentan con la aprobación o desaprobación de un grupo humano determinado.
“La ética como criterio de orientación de la acción humana y de inspiración de la vida social, como filosofía de la actividad consciente, con valores como honor, honestidad, deber, responsabilidad y obligación de conciencia, cuando está referida a una profesión se conoce como ética profesional y por pertenecer al ámbito de la obligación moral se inscribe entre las normas de carácter deontológico (del griego deon=deber)”. Proyecto de Código de ética de los Periodistas de Nicaragua, Introducción y Principios Generales, disponible en URL: http://www.saladeprensa.org/art242.htm.
Por lo general la práctica de cada profesión está sujeta al cumplimiento de ciertas normas casi siempre más estrictas que las leyes, las cuales constituyen la base de orientación para el comportamiento del gremio.


Por qué es necesario un codigo de etica?

Para definir procederes o conductas aceptables, promover altos estándares, proveer a los profesionales de las mejores prácticas conductuales que usarán en su propia evaluación y establecer responsabilidades como vehículo que les permita alcanzar la madurez necesaria.
Los codigos de etica son instrumentos de persuasión para los miembros de la profesión y el público en general. Ellos incrementan entre sus miembros el sentido de pertenencia a una comunidad con valores y misiones comunes. Quizás sea el código hipocrático que rige para la profesión médica uno de los más conocidos, en él se recogen valores tales como el respeto por la vida y a la privacidad y confidencialidad de la información que sobre el paciente se maneja.
Las siguientes líneas están dedicadas al estudio de algunos códigos de conducta de
profesionales de la información.

LA BIOÉTICA EN LA FORMACIÓN DEL PROFESIONAL

Sonia Echeverri de Pimiento, Enf., CNSN
Magíster en Bioética. Editora de Actualizaciones en Enfermería.
Magistrada (presidente) del Tribunal Departamental Ético de Enfermería de Cundinamarca y Bogotá, D.C.
soporte.metabolico@fsfb.org.co
Los avances de la ciencia, la tecnología, los tratamientos farmacéuticos han desbordado la ética. La brecha entre los que piensan que los valores humanos y la legislación son los únicos que pueden regular, de alguna manera, el avance de la ciencia, y los que están convencidos de que la evolución de la humanidad, la biotecnología y la ciencia deben permitirse y apoyarse sin restricciones, pensando en la grandeza de la raza humana, en el poder de la mente sobre la estructura y los procesos biológicos, en la supremacía de la inteligencia sobre la moral, en un sentido netamente antropocéntrico, sin lugar a dudas se ha ido profundizando cada vez más y con más fuerza.
Estos grandes avances han producido, por un lado perplejidad, admiración, pero también temor ante la tiranía, ingobernabilidad y el dominio de unos pocos, de los científicos; y por otro el dilema de aceptar y apoyar estos avances y la presión de creencias religiosas y fanatismos que pretenden hacer que la biotecnología se perciba como el avance del imperio del mal, de la pérdida de valores y del irrespeto a la dignidad humana. Lo que hace la bioética, término acuñado por Potter, es tender un puente entre las dos el bios y el ethos. (1)
Pero, ¿afecta esta situación el quehacer de la enfermera? Yo diría que sí, sin duda la enfermera se enfrenta a esta difícil situación toda vez que ella forma parte del equipo científico de salud, participa activamente en investigación, en la clínica, brindando cuidado directo al paciente, en la docencia, en la definición de políticas gubernamentales y en la aplicación de códigos disciplinarios, entre otros. La bioética se ha erigido, entonces, como la posibilidad de velar porque estos grandes e importantes avances se asuman con responsabilidad y respeto por el otro, no sólo por el otro entendido en términos de ser humano, si no el respeto por la vida misma, buscando y aportando soluciones moralmente admisibles y jurídicamente enmarcadas, como es el caso de la ONU y la UNESCO, que buscan llegar a consensos que permitan el avance regulado de la ciencia, su compromiso con la humanidad, toda forma de vida, el medio ambiente, la biosfera, como también la responsabilidad de los países desarrollados hacia los países en vía de desarrollo.
Valores morales y principios éticos han normado, a través del tiempo, el actuar del personal de salud y la relación con el paciente desde la ética nicomaquea. Pero, ¿es lo que la sociedad espera de nosotros? ¿Por qué es necesario enseñar la Bioética?, ¿Cómo se aprende la Bioética? La medicina y la enfermería en su afán de estudiar el hombre, su complejidad, los avances de la ciencia, y las tendencias económicas ha dejado de lado el estudio y enriquecimiento de su espiritualidad. Ha subestimado el estudio de las humanidades produciendo en la mayoría de los casos, la pérdida de sensibilidad por la situación del paciente y de la comunidad. (1-4)
Si nos limitamos al estudiante de enfermería y teniendo en cuenta el poco interés que muestran los estudiantes de enfermería por la ética, enseñada en forma tradicional, es válido proponer que la Bioética se aprenda pensándola desde la educación contemporánea, como una herramienta que le permita al enfermero(a) adquirir desde los primeros años de la carrera profesional una sensibilidad especial por lo que pasa no sólo en su entorno cercano, si no con una visión de un mundo amplio donde la pluralidad y la diversidad sean un referente.(3-4)
Si bien es cierto que es importante que la formación de la enfermera contemple aspectos científicos, clínicos, biotecnológicos, de investigación, administrativos y de gerencia, es fundamental para la supervivencia de la profesión de enfermería, que se trabaje y se enfatice en la construcción de una conciencia moral, en la bioética, los problemas sociales, la convivencia, la solidaridad, los principios y valores, no sólo a través de la teoría sino de modelos entregados en ese currículo no visible que tanta relevancia tiene a la hora de formar colegas y al que tan poca importancia damos. (5-8)
Es importante que la estudiante de enfermería reciba toda la información y enseñanza que le permita elaborar en su imaginario un concepto amplio, universal y libre de prejuicios de los dilemas éticos que va a enfrentar en el curso de su vida estudiantil y en el desarrollo de su profesión, bien sea que se desempeñe en investigación, docencia, asistencia, gerencia, mercadeo, etc., lugares y situaciones comunes en toda la América Latina. La enfermera latinoamericana debe sensibilizarse ante la pobreza, el hambre, la injusticia, la violencia, la corrupción, pero sobre todo ante la inequidad, el dolor y el sufrimiento de los menos favorecidos. Debe convertirse en la defensora de los derechos del enfermo.
Por formar parte de equipos multidisciplinarios, inter y transdisciplinarios es necesario que la enfermera tenga presente que a pesar de que es una profesional que colabora estrechamente con el médico, tiene sus propias competencias por las que debe responder y una deontología que debe cumplir. La enfermera debe saber que la responsabilidad personal no se diluye en la del médico y sus actos no pueden ampararse en la delegación o en la orden médica.(5,7,8)
Por lo general, la enfermera se enfrenta en forma permanente a dilemas éticos relacionados con la anticoncepción y regulación natural de la fertilidad, el aborto, la reproducción asistida, los dilemas de la vejez, el dolor y la muerte, los cuidados paliativos, la eutanasia y derecho a morir dignamente, la distribución de recursos, defender la autonomía, investigación, la relación enfermera - paciente, el consentimiento informado, el secreto profesional, la verdad ante el enfermo, la responsabilidad frente a otros profesionales y pacientes, y la humanización del cuidado, cada uno de ellos pueden comprometer y poner en riesgo el actuar de la enfermera.
Por esto, la profesión de enfermería debe luchar por tener su legislación tanto de la profesión, como una Ley que le garantice que sean sus pares los que la juzguen en un momento dado.
La Ley 266 de 1996 reglamenta la profesión de enfermería en Colombia y la Ley 911 de 2004, “por el cual se dictan disposiciones en materia de responsabilidad deontológica para el ejercicio de la profesión de enfermería en Colombia; se establece el régimen disciplinario correspondiente y se dictan otras disposiciones”. En esta ley se encuentran definidos los principios y valores éticos y el acto de cuidado de Enfermería, así como las condiciones para el ejercicio de la enfermería, las responsabilidades del profesional de enfermería con los sujetos de cuidado, con sus colegas y otros miembros del equipo de salud, con las instituciones y la sociedad, con la investigación y docencia, con los registros de enfermería, y el funcionamiento y organización de los tribunales de ética de enfermería.( 7,8)
Pero también permite que en una situación de riesgo o ante un dilema ético pueda hacer uso de la objeción de conciencia que es un acto individual, privado, no vio lento, de fidelidad a unos principios morales del fuero interno, no pretende el cambio ni la modificación de la ley, aquí no cabe la actuación colectiva, ni el actuar en nombre de un tercero, salvo que sea a través de un representante legal. Protege la autonomía de la persona, la libertad de actuar frente a sus convicciones más íntimas. (7,8)
Por último, considero pertinente proponer a las facultades de enfermería hacer un esfuerzo mancomunado para establecer programas que integren efectivamente las humanidades con los otros aspectos biotecnológicos y definir estrategias de seguimiento a los profesionales de enfermería que egresan de sus claustros. Es loable el esfuerzo que hace en nuestro país la Asociación Colombiana de Facultades de Enfermería, Acofaen, a través de su comité de Bioética para fijar pautas y realizar estudios encaminados a valorar en forma integral el quehacer de la enfermera.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFÍCAS
1. Beuchamp TL y Childress JE. Principios de ética biomédica. Barcelona: Masson, S.A. 1999.
2. Aristóteles. Ética Nicomaquea. México: Editores Mexicanos Unidos, S.A. 2ª. Edición: 2000.
3. Gracia D. Fundamentación y enseñanza de la bioética. Ética y Vida. Estudios de Bioética 1. Bogotá: Editorial El Búho. 2000.
4. Echeverri de Pimiento S. La medicina como institución: entre la voracidad y el suicidio. Bogotá: Editorial Kimpres, S.A., 2004.
5. Polaino-Lorente A. En: Manual de Ética y Legislación en Enfermería. Pastor García & León Correa. España: Mosby/Doyma, 1997.
6. Cortina A. El mundo de los valores. “Ética Mínima y educación. Bogotá: Editorial El Búho. 2000.
7. Ley 266 de 1996. República de Colombia.
8. Ley 911 de 2004. República de Colombia.
* Aportes de la conferencia dictada en el marco del XV Aniversario del Post grado de Medicina Crítica y XVI Aniversario del Curso de Adiestramiento en Cuidados Intensivos para Enfermería del Hospital de Clínicas Caracas. “Hacia una nueva visión en medicina critica, uniendo la ciencia con el ser humano”, Caracas, Venezuela del 23 al 26 de Noviembre de 2004.